Jardín Botánico, el lugar de encuentro.

Los jardines botánicos de muchas de nuestras ciudades o comarcas son espacios donde conviven la evolución histórica, la investigación científica y el patrimonio artístico a partes iguales. Desde hace siglos, estos jardines, en sus diversas vertientes, tratan de recoger a modo de muestra una parte de la naturaleza de nuestro entorno (y de otros lejanos) para ponerla a servicio de los ciudadanos y de la investigación; haciendo las veces de pulmones que oxigenan ambientes cargados de cemento y polución. No solo reconfortan a los sentidos sino que también suponen un enriquecimiento del conocimiento del mundo natural y actuan de elemento sensibilizador ante las cuestiones ambientales y educativas. Cierto es que en su mayoría proceden de las etapas de colonización en la que estos espacios reflejaban cierto poder y eran utilizados como parte del exhibicionismo del dominio de cortes y reinos. Más cierto es aún que albergaban y han albergado hasta ahora especies alóctonas que han desplazado de su nicho ecológico a especies autóctonas creando desequilibrios en los ecosistemas y afectando a la diversidad de determinadas zonas. Haber querido crear durante muchos años jardines preciosistas, llamativos o exóticos ha tenido sus repercusiones y esto no debe obviarse, por lo que tampoco pueden considerarse en general el paradigma de la conservación y preservación de recursos naturales. No obstante, quizá se ejerza una presión extra sobre ellos al ponerse las expectativas por encima de lo que nos pueden ofrecer, haciendo que no se valore en su justa medida aquello que los hace más cercanos y atractivos. Sin entrar a  analizar la mayor o menor riqueza biológica o la indudable contribución al paisajismo que realizan diversos jardines botánicos, sí es relevante destacar estos lugares como espacios con funciones didácticas y educativas muy importantes, tanto para adultos como para los más pequeños. Millones de escolares visitan los jardines botánicos a lo largo de todo el mundo a través de visitas programadas. Tal vez no sea equiparable a la visita a un parque natural o a un centro de investigación, sin embargo, si sirve para sembrar la semilla de la sensibilización y acercar de manera más lúdica y amable el gusto por la biología, por la preservación de recursos y por el aprendizaje científico. En estos jardines, además de contemplar las diversas morfologías, colores o adaptaciones al medio se pueden observar los diversos nombres de las plantas, las interacciones de éstas con otros seres vivos, sus transformaciones, etc. Son grandes exposiciones vivas que abren sus puertas para que todo aquel que quiera pueda contemplar su magia.

Si el contenido de muchos de ellos ya es de por sí de un valor incalculable, más aún lo es el trabajo y la dedicación que se hace desde ellos para intentar mantener y transmitir este legado a pesar de los muchos reveses sufridos y de las dificultades que aún hoy se viven. Un jardín botánico encierra tesoros de conocimiento en forma de colecciones, publicaciones, proyectos de divulgación, etc; pero además dispone de un personal entregado dispuesto a cuidar de él tanto en lo material como en lo inmaterial. Desde sus departamentos se trabaja por mantener el prestigio de estos espacios haciendo una labor de investigación y análisis que únicamente conduce a generar conocimiento crítico por el puro placer de conocer y de saber cada dia más y más. Colecciones de semillas, laboratorios químicos, viveros de plantas o manuscritos científicos son algunos de los ejemplos de su diversidad y de su valor. Estos jardines no serían los mismos sin las tareas de divulgación. Es casi una obligación que se muestren abiertos y dispuestos a que sus visitantes y sus ciudadanos conozcan su interior y se impliquen en su mantenimiento. Reforzar los proyectos educativos y divulgar su trabajo es la mejor herramienta para asegurar su futuro, no en vano no hay mayor recompensa que la que se deriva del propio esfuerzo. Además suelen generarse comunidades científicas o consorcios de colaboración entre los diversos jardines para mantener un contacto continuo y actualizado: bases de datos, convocatorias, proyectos, financiación, etc. Un buen ejemplo de ello lo constituye la asociación entre los jardines mediterrano-atlánticos y macaronesia, que en diversas ocasiones ha recibido el apoyo y la divulgación de la BGCI (Botanic Gardens Conservation International) para así crear una red de experiencias, «feedbacks» y apoyo que haga más sólida su posición en el ámbito científico. Y como no hay nada más efectivo que completar este texto poniendo algunos ejemplos de jardines del mundo, aquí va una selección de algunos de los más interesantes:

1. Jardín Botánico de Shanghay (Shanghai Chenshan Botanic Gardens and Plant Sciences Research Center)

El jardín botánico de la ciudad anglo-china destaca por sus grandes extensiones de magnolias, azaleas, bambús y helechos. Además cuenta con diversos jardines de plantas medicinales en su interior y con invernaderos de temática específica dedicados al estudio y cuidado de plantas tropicales o de plantas desérticas. También podemos encontrar en su interior jardines de rocallas, jardines de estilo rústico de plantas rupícolas sobre sustratos gravosos o pedregosos. Dentro de sus límites, sin embargo, destaca la prácticamente intacta cantera de calcita y otros minerales que puede contemplarse desde una pasarela aérea de madera creando un ambiente que hace alusión a los grabados de chinos y su literatura clásica. Recientemente recibió el Premio de la Sociedad Americana de Arquitectura y Paisaje.

Cantera Shanghai

Vista panorámica de la cantera abandonada del Jardín Botánico de Shanghai (Fuente: http://mochiladearquitecto.blogspot.com.es).

2. Jardín Botánico de Pomplemousses (Sir Seewoosagur Ramgoolam Botanical Garden).

Situado en la zona norte de la Isla de Mauricio, su nombre es un homenaje al padre de la independencia  de la antigua colonia británica tras habersela arrebatado a Francia en el siglo XIX. Debido al fuerte carácter coolonial de este jardín y a la influencia de los acontecimientos históricos en él podemos encontrar plantas de Europa, África y Sudamérica. De hecho tan solo 25 de las 80 especies de palmeras son autóctonas de la isla mascareña. Es llamativo que exista una extensa plantación de eucaliptos lo cual se debe a la decisión de un antiguo dirigente británico, con el objetivo de reducir las zonas apantanadas para disminuir la extensión de la malaria. Sin embargo,este jardín es fundamentalmente conocido por acoger uno de los mayores estanques abiertos de Victoria amazónicamás comúnmente conocido como nenúfar de agua.

Pamplemousses Mauricio

Estanque de nenúfares de agua en el Jardín Botánico de Pomplemousses en la Isla de Mauricio (Fuente: http://www.parquesenelmundo.com).

3. Jardín Botánico de Curitiba (Jardín de Maria Francisca Garfunkel Richbieter).

Este jardín situado en la capital del estado brasileño de Paraná debe su nombre a una de las urbanistas más importantes del páis. Contiene una vasta muestra de especies de «mata atlántica», destacando por encima de todas el palmito. Además se compone de un jardín de sensaciones, un amplio museo botánico y una biblioteca pública. El principal atractivo de este espacio de 24,5 hectáreas lo constituye un gran invernadero de cristal con tres bóvedas de estilo art-nouveau cuya construcción estuvo inspirada en el Palacio de Cristal de Londres.

Jardim Curitiba

Invernadero de cristal del Jardín Botánico de Curitiba (Fuente: http://www.parquesepracasdecuritiba.com.br/)

4. Jardín Botánico de Lisboa (Museo Nacional de Historia Natural y de la Ciencia).

Inaugurado oficialmente en 1.878, este jardín botánico aparece en el corazón de la capital lusa integrado junto a uno de los museos naturales más importantes de Europa. De su amplia colección de plantas destacan las Cicadáceas, las Gimnospermas y  una interesante diversidad de palmeras tropicales o de plantas de las islas del Atlántico norte. Además posee uno de los banco de semillas más grandes del continente y un departamento dedicado exclusivamente al estudio del comportamiento del mundo «fungi». Actividades programadas para todo el año, visitas guiadas, encuentros, exposiciones o eventos culturales reflejan la apertura de este jardín hacia la ciudad y sus visitantes. La divulgación y el fomento de la actividad didáctica y educativa son uno de los puntos fuertes del jardín pues se da un enfoque integral y conectado de todo el trabajo científico que se desarrolla en su interior.

Borboletario

Invernadero dedicado al estudio y conservación de lepidópteros de la Península Ibérica y de plantas mediterráneas (Fuente: Sergio Barrientos Herrero-Borboletário- http://www.mnhnc.ul.pt).